- Por Una Nueva Esperanza
- publicado el 01 mayo, 2019
Muchas veces damos por sentada la vida que llevamos. Desafortunadamente, surgen ciertas situaciones, que llegan a cambiarlo todo. Desestabilizan a uno mismo y todo el entorno a nuestro alrededor, lo que inicia una búsqueda desenfrenada de supervivencia, para recuperar esa “normalidad”.
Cuando se recibe un diagnóstico de cáncer, se modifica todo al tenerse que adaptar a un régimen médico muy exigente, que involucra el ambiente hospitalario, doctores, enfermeras, intervenciones, tratamiento, efectos secundarios, entre otros. Todo lo anterior orilla a la familia a girar en torno del tratamiento del niño para combatir la enfermedad. En un inicio, es esperado que ocurra esta modificación en la dinámica familiar, así como la aparición de algunas conductas desadaptativas como: sobreprotección hacia el menor y descuido de otros miembros de la familia. Incluso, por el miedo y la incertidumbre de esta situación desconocida, el cuidador tiende a descuidarse. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, se espera que la ansiedad y dicho miedo se reduzca considerablemente, hasta adoptar una rutina que permita fluir las actividades de la familia y el tratamiento.
Entre los objetivos de la Psicooncología infantil, se encuentra tratamiento de los problemas psicosociales que surgen a raíz de la enfermedad. Se ha comprobado que los niños desean ser tratados igual que a sus pares, ya que perciben el trato diferente que se les brinda. Esto puede incrementar el aislamiento social del que ya padecen, además de promover la aparición de rasgos depresivos o ansiedad. En otros casos, algunos niños sacan ventaja de la situación y la utilizan a su favor para conseguir aquello que quieren, ocasionando otro tipo de problemas en el entorno familiar. Se debe trabajar y promover la aceptación de la enfermedad y la adaptación de cada miembro de la familia, abordando principalmente la comunicación, expresión afectiva, resolución de conflictos y un trato al menor lo más normal posible.
Es imprescindible el abordaje psicológico que involucre a toda la familia, ya que éstos pueden favorecer el tratamiento y el bienestar del menor o por el contrario dificultarlo. Se trata de integrar el tratamiento a la dinámica familiar, para así mantener lo más normal el entorno dentro de las posibilidades, brindando así al niño y a su familia la mejor calidad de vida a pesar de la enfermedad.
En Una Nueva Esperanza, asociación para niños con cáncer, velamos por el bienestar psicológico y emocional, súmate donando.