Alimentos y su relación con el cáncer

La mayoría de los  tratamientos de cáncer son largos y combinan diferentes terapias, que a su vez pueden provocar diversos efectos secundarios en el paciente. Aun así, las recomendaciones alimentarias de base son las mismas para todos los tipos de procesos oncológicos y las fases del tratamiento, aunque se deberán ir adaptando según vayan apareciendo los diferentes síntomas o efectos secundarios del tratamiento.

 

Una dieta adecuada durante el tratamiento ayudará a: obtener los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de todo el organismo y, por tanto, mantener un buen estado nutricional.

 

En Una Nueva Esperanza atendemos a muchos niños con cáncer que vienen a consulta de nutrición, para conocer un poco más acerca de los cuidados que deben de tener durante su tratamiento. Debemos tener en cuenta que una alimentación rica en grasas, azucares y carbohidratos puede aumentar el número de crecimiento de células cancerígenas.

 

Éstos son algunos de los alimentos que debemos evitar antes, durante y después del cáncer:

 

Los embutidos: por su alto contenido de nitritos (que es una sustancia o colorante que le da el tono rosa característico a los embutidos) aumenta la mayor posibilidad de disminuir el sistema inmunológico e interferir con el tratamiento del paciente.

 

Los enlatados: por su alto contenido de  bisfenol; es una sustancia química que se encuentra en latas de aluminio y estaño, principalmente. El hecho de que este componente esté presente en los alimentos aumenta la probabilidad de que se conviertan en tóxicos y peligrosos para la salud. Los problemas de consumir bisfenol se relacionan con enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer o infertilidad, entre otros.

 

Lácteos: su alta en colesterol y grasas saturadas puede ocurrir un exceso en nuestro organismo acumulándose en nuestras arterias. La consecuencia de este exceso puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

 

Azúcares: puede provocar deterioro de las caries dentales, hambre descontrolada, aumento de peso, diabetes y cáncer de páncreas entre otros.

 

Evitando todos estos alimentos podemos prevenir muchas enfermedades y mejorar los síntomas durante el tratamiento. Lo recomendable es consumir 2 litros de agua al día, consumir frutas y verduras y realizar actividad física.

 

Por Laura AGUAYO.

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